domingo, 15 de febrero de 2015

La Gargantúa del Ingeniero Brujo

Está ya tan extendida la reputación del Laboratorio y del enfermizo Ingeniero Brujo que lo dirige, que hasta un gran Déspota ha solicitado una creación específica para su ejército.

El Ogro en cuestión, es Lord Fullington de la tribu de los HammerBurgers. Se puso en contacto para el encargo de una de las creaciones del perturbado Skaven. Por unos puñados de Piedra Bruja, el Ogro iba a recibir una Gargantúa.

Puede que algunos no tengan muy claro cómo es la vida de estas bestias ogras, así que a continuación adjunto unas citas del libro de ejército Ogro.

Siendo que algunos Clanes Skavens moran las zonas bajas de las Montañas de los Lamentos, el Ingeniero Brujo solo tuvo que pagar una parte de la Piedra Bruja recibida para que estos Clanes menores capturasen a una de estas criaturas. 

Por supuesto, la Gargantúa no podía ser capturada en su edad adulta, o el coste en vidas Skaven, no habría compensado el pago. Así que atraparon a una criatura no desarrollada.

Para acelerar el crecimiento de la bestia, el Ingeniero Brujo la encerró en un tanque lleno de agua bañada con Piedra Bruja. Al cabo de dos semanas alimentándola y potenciándola con los efectos mutantes de la sustancia, la Gargantúa estaba preparada para ser vendida.

Una vez sedada, la transportaron hasta la entrada del laboratorio donde se encontraron con el Déspota acompañado por 4 Tripas Duras.

Una vez se desvaneció el sedante en su sangre, y mucho antes de lo que preveía el Skaven, la enorme Gargantúa se elevó sobre sus extremidades posteriores. El aire se inundó del olor a almizcle que desprendieron las glándulas de los aterrados Skaven.

Los hombres rata corrían alejándose de la escena, todas menos una. El esclavo skaven fue partido en dos por las fauces del monstruo, mientras los Tripas Duras emitían guturales risas. 

De pronto uno de los acompañantes de Lord Fullington acabó su risa con un esputo rojo sobre el brazo deforme de la Gargantúa, mientras ésta le rebanaba la yugular con un zarpazo. 
Otro Ogro le puso la mano encima a la bestia, y perdió el brazo hasta la altura del hombro de un mordisco. Y por fin el enorme Déspota decidió intervenir. 

De un sonoro guantazo con la palma abierta en la cabeza de la criatura, la envió bocabajo al suelo. 

Una vez que la Gargantúa recobró la consciencia, se postró con la poca gracilidad que se le podía presumir a la criatura ante el imponente ogro. Había ganado su admiración y primitiva lealtad.

Las puertas del Laboratorio se cerraron y los fogonazos resplandecientes reflejados en las paredes de los túneles volvieron a iluminar el interior de la montaña. 

Su primera gran criatura había sido todo un éxito tanto en su creación como en su entrega. 

¡El Ingeniero ya estaba pensando en su siguiente criatura!



Dejando a un lado el trasfondo, esta miniatura me ha resultado muy agradable de crear. Su tamaño grande requiere buena cantidad de material, tanto para su cuerpo como para el molde que le da forma.
Pese a que parece simple, tiene muchos detalles de calaveras, huesos y pelaje que complica su correcta formación. Por ello, y para que quede perfecta, se ha rellenado toda imperfección con masilla doble-componente de color gris.

La pieza original es de metal, y sus rebabas y trozos sobrantes tuvieron que ser retirados previa a la confección del molde. Pero el mayor despropósito es que las piezas no encajan, el brazo queda por debajo de la pierna derecha y no permite su montaje. Por ello, tuvo que ser añadida gran cantidad de masilla en la zona de la cintura de la miniatura. 

Pese a los frustrantes intentos fallidos con la resina y la falta de buen diseño en las uniones, puedo asegurar que me he divertido creando esta Gargantúa a la que muchos temerán:







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